11 de Marzo de 2018.
Volvíamos a Montellano, a su sierra de San Pablo, a subir el Castillo de Cote y a disfrutar de esta gran carrera, que no menos dura. con 2600 metros cumulados
La mañana se presentaba lluviosa, de hecho nos llovió y bastante en el viaje de ida hasta Montellano.
Aunque la sierra de esta parte de Sevilla absorve muy bien las lluvias, habría que ver después de tantos días de lluvia como se presentaba la situación.
Par tal día llevaba:
mochila khalenji, con porta bidones que hacían un total de un litro
Visera Compressport
Medias compresión Compressport
Impermeable 10mil 10mil
Manguitos Trail Álora
camiseta técnica
mallas khalenji
Frutos secos
Gel energético
Así a grandes rasgos es todo lo que necesitaba para esta carrera cuyo comienzo fue a eso de las 9.30.
Al principio el riesgo de lluvia hizo que saliera con el impermeable puesto, algo que desapareció rápido en la primera subida.
Rápidamente llegamos a la primera bajada, muy técnica en el que teníamos que sortear las piedras.
Algún resbalón que otro se vio,pero fue todo bien.
Primer punto de avituallamiento para encarar la subida, que creo que es más dura de la carrera. NO sin esfuerzo conseguimos atajarla y seguir nuestro camino.
La carrera iba bien, si bien es cierto que la mochila Khalenji me dió más de un problema por lo que decidí hacer un apaño con ella para resolver el problema del rebote.
He de decir que las vistas desde la Sierra de San Pablo son impresionantes. Seguimos con nuestro camino y llegamos ala castillo de Cote , toda una tradición, para después bajar hasta una zona de bastante fango debido a las lluvias y que la organización había adaptado por medio de cuerdas que nos hizo más fácil el trabajo.
Lo más duro estaba hecho, pero aún quedaban kilómetros y algo de dureza, sobretodo cuando empezó a llover de manera fuerte. Tuve que hacer uso del impermeable que vino de lujo , porque en ningún momento tuve esa sensación de mojado.
Seguíamos avanzando y las piernas ya cansadas querían terminar ya, puesto que el fango y resbalnes eran ya habituales. Aprendí a patinar en tierra en este día.
Hubo una zona muy chula en la que teníamos que engancharnos a una cuerda y subir por un sendero casi vertical con piedras, toda un proeza.
Los últimos kilómetros fueron bien, aguantando, hasta llegar al pueblo en el que nos recibían entre aplausos.
Una experiencia más que se quedará en la retina.
Las calorías que perdí en la carrera, creo que se recuperarán rápido, puesto que en el sorteo post entrega de premios nos tocó una caja de dulces típicos. Como nos vamos a poner!!!!
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